Yo de muchacho tenía
una memoria extraordinaria, que he perdido. Por ejemplo, cuando iba al
cine, durante muchos años me acordaba de los nombres de los actores y
las actrices, pero también me acordaba de los nombres que tenían los
personajes. Entonces, cuando se me bloqueaba su nombre, yo me daba
cuenta de que ahí algo no andaba. Un día veo una película con una actriz
que tenía cierta fama en la época, que se llamaba Wendy Barrie. Bueno,
vuelvo a casa y a la noche me doy cuenta de que no me acuerdo del nombre
de la actriz. Me dormí sin recordarlo y a la mañana siguiente empecé a
buscar, a repasar los nombres de los otros actores, me empecinaba, me
dejaba llevar, hasta que al fin salió: Wendy Barrie. Pero ésa era sólo
la primera etapa. La segunda es por qué lo olvidé. ¿Por qué? Mirá si no
son sutiles las asociaciones: lo olvidé porque yo me acababa de pelear
con una muchacha que me había dicho “lo que pasa es que vos no querés
llegar a ser adulto, vos querés ser Peter Pan”. ¿Te acordás de Peter Pan, el niño que no quería crecer? Ella lo usó como símbolo. Y ahí está la explicación: la amiga de Peter Pan se llama Wendy y el autor de Peter Pan es sir James Berrie; ya ves, Wendy Berrie. ¡Estaba todo ahí!
Los
sueños son capitales en mi vida. Si hago la cuenta de los que dieron
origen a mis cuentos, deben ser muchos. Empezando por “Casa tomada”, que
fue una pesadilla vivida y escribí el cuento la misma mañana de haberla
tenida. (…) Fijate, yo tengo sueños en los que hago juego de palabras
(…) y cuando me despierto y me acuerdo del sueño, me río mucho porque
descubro la clave. Algunos son muy tontos. Por ejemplo, en una época en
que yo sufría un problema afectivo, de separación, tenía un osito de
felpa que era un símbolo entre nosotros, y lo perdí; se fue con ella, y
yo me acordaba de ese juguete con cariño. Una noche soñé con ese osito y
alguien me decía que se llamaba Lemío, nombre que jamás ni yo
ni la mujer en cuestión, le habíamos dado. Cuando me desperté, como ya
sé analizar mis juegos de palabras, mi di cuenta de manera completamente
estúpida, pues se trataba de la canción napolitana “O sole mío”, “oso-lemío”….
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JULIO CORTÁZAR
De un diálogo con Osvaldo Soriano.
De un diálogo con Osvaldo Soriano.