Los talibanes no sólo fuerzan a las mujeres a caminar en
público completamente cubiertas por un velo, también les prohíben usar zapatos
de taco demasiado duro (de madera o de metal) que al caminar hagan ruido porque
el taconeo puede distraer a los hombres , y perturbar su paz interior y
sacarlos de sus ocupaciones. Ésta es la paradoja del plus de goce en su más
pura expresión: cuanto más velado se encuentra el objeto, más intensamente
perturbadora es la huella mínima que deja.
(…)
Tradicionalmente, se esperaba que el psicoanálisis
permitiera que el paciente superara los obstáculos que impedían su acceso a una
satisfacción sexual normal: si no puedes alcanzarla, el analista te permitirá
deshacerte de tus inhibiciones. Hoy, sin embargo, nos bombardean de todos lados
con versiones diferentes de la obligación de gozar, desde el goce directo en la
actividad sexual hasta el goce de los logros profesionales o del despertar
espiritual. El goce funciona hoy como un extraño deber ético: los individuos no
se sienten culpables por violar alguna prohibición moral practicando placeres
ilícitos, sino por no ser capaces de gozar. En esta situación, el psicoanálisis
es el único discurso que autoriza a no
gozar –no proscribe el goce, sólo nos alivia de la presión de tener que
cumplir con él.
Slavoj Zizek
Como leer a Lacan