Si
un sujeto viene al análisis para obtener simpatía, puede ser mejor que
se busque un amigo. Si quiere obtener amor, puede ir a buscar un amante.
Es decir que si se queda en su demanda como tal, de ayuda o de amor,
sin ver la distancia que existe entre la misma y su deseo, esto es, si
se detiene a nivel de su pedido, no podemos obligarlo a hacer un
análisis.
Hay
también casos de una psicosis equilibrada y donde eventualmente el
síntoma, del cual el sujeto sufre, en realidad es el que equilibra su
psicosis, y si se toca su síntoma, su psicosis se puede desequilibrar. A
veces, una posición de delincuencia equilibra su psicosis. Y puede ser
mejor quedarse con el síntoma, no tocar demasiado ese punto. Puede
suceder también que una obsesión esconda una psicosis y es mejor que se
quede así. Hay sujetos que después de hacer una pequeña experiencia de
análisis por entrevistas preliminares, van a preferir hacer psicoterapia
de grupo porque allí no se toca nada esencial aunque puede ayudar a
algunos. O va a preferir aprender a bailar aunque no con el analista.
Pese a todo es el analista el que elige. El analista puede permitir, en
esas entrevistas, que el sujeto entrevea de lo que se trata en el
análisis de manera que el sujeto decide si puede soportarlo.
Jacques Alain Miller
Conferencias Porteñas