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lunes, 26 de diciembre de 2011

Si un sujeto viene al análisis para obtener simpatía, puede ser mejor que se busque un amigo. Si quiere obtener amor, puede ir a buscar un amante. Es decir que si se queda en su demanda como tal, de ayuda o de amor, sin ver la distancia que existe entre la misma y su deseo, esto es, si se detiene a nivel de su pedido, no podemos obligarlo a hacer un análisis.

Hay también casos de una psicosis equilibrada y donde eventualmente el síntoma, del cual el sujeto sufre, en realidad es el que equilibra su psicosis, y si se toca su síntoma, su psicosis se puede desequilibrar. A veces, una posición de delincuencia equilibra su psicosis. Y puede ser mejor quedarse con el síntoma, no tocar demasiado ese punto. Puede suceder también que una obsesión esconda una psicosis y es mejor que se quede así. Hay sujetos que después de hacer una pequeña experiencia de análisis por entrevistas preliminares, van a preferir hacer psicoterapia de grupo porque allí no se toca nada esencial aunque puede ayudar a algunos. O va a preferir aprender a bailar aunque no con el analista. Pese a todo es el analista el que elige. El analista puede permitir, en esas entrevistas, que el sujeto entrevea de lo que se trata en el análisis de manera que el sujeto decide si puede soportarlo.
Jacques Alain Miller
Conferencias Porteñas