Lacan
dice que hay un fantasma que produce las aspiraciones del sujeto y el fantasma
es la regulación del goce. El fantasma tampoco aparece como tal, no
tenemos que esperar que venga un tipo y nos diga: "A mi me gusta cojer a
las mujeres con las medias puestas", para saber que es un
fetichista. Basta que el tipo aspire, por ejemplo si es pobre, a ganar la
lotería para llenar de joyas y pieles a su mujer, como condición de un goce que
va a venir después; ese sujeto también es un fetichista. Si no es como si
usáramos la literatura del siglo XIX, esperamos que el tipo corte una trenza.
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Supongamos que mi fantasía es romperla la cara a mi padre, como no me atrevo a
hacer esto o es imposible porque él está muerto, me hago boxeador. Cuando
voy a ganar el campeonato mundial me quedo paralizado y me rompen la cara. ¿Por
qué? Porque al realizar la aspiración de ser el campeón mundial develaría que
no es eso lo que quiero, es decir, me enfrentaría al deseo de muerte de mi
padre, en el sentido que el deseo es: "no es eso". Cada vez que
fracasa la aspiración aparece el deseo. ¿Y el deseo qué es? El plus de
goce; el plus de goce es el montaje del fantasma que remite al goce.
German García